Meo (Artemisia Lab): “La seguridad alimentaria contra el botulismo comienza en casa”.

El alegato del médico: "Es mejor renunciar a un frasco de dudosa procedencia que correr un riesgo".
"Es mejor renunciar a un frasco de dudosa procedencia que arriesgar la vida. La seguridad alimentaria empieza en casa", afirma Paolo Meo, director del Centro de Enfermedades Infecciosas - Clínica de Viajes Artemisia Lab - Cesmet, quien insta a mantener la vigilancia contra el botulismo, que este año en Italia, entre Cerdeña y Calabria, ha causado cuatro muertes y numerosas hospitalizaciones relacionadas con el consumo de alimentos contaminados.
La toxina botulínica es invisible; no altera el sabor ni el olor de los alimentos, pero puede ser letal. Un pequeño descuido en la preparación o conservación de las conservas puede convertir un alimento aparentemente sano en un grave peligro para la salud —continúa Meo—. Los primeros signos de esta intoxicación, recuerda el médico, «aparecen incluso pocas horas después de ingerir el alimento contaminado: náuseas, vómitos, visión doble, párpados caídos, dificultad para hablar o tragar, sequedad bucal. En casos más graves, la toxina paraliza los músculos hasta el punto de dificultar la respiración. Si experimenta cualquier síntoma sospechoso, es fundamental acudir a urgencias de inmediato y explicar lo que ha comido: un diagnóstico rápido y la administración inmediata del antídoto pueden salvarle la vida».
Para reducir el riesgo de intoxicación alimentaria, el médico enfatiza que es importante "esterilizar cuidadosamente los frascos y las conservas caseras; evitar consumir conservas con tapas hinchadas, olores extraños o moho; comprar solo productos con etiquetas claras y de productores de confianza; cocinar bien las conservas antes de consumirlas; y evitar los alimentos caducados o comprados a vendedores ambulantes no regulados". Entre las conservas más peligrosas se encuentran "los champiñones en aceite, las aceitunas en agua, los grelos en aceite, los embutidos y algunos pescados enlatados. Sin embargo, son más seguros los alimentos como las mermeladas, las compotas de frutas, los purés de tomate y las conservas en vinagre o salmuera bien preparadas, así como los productos industriales controlados y pasteurizados".
Adnkronos International (AKI)